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Andamios amarillos: riesgos y normativa

Los andamios tubulares de cruceta, también conocidos como andamios amarillos son quizá una de las plataformas de elevación más comunes en el sector de la construcción, pero también una de las más peligrosas, ya que además de ser poco funcional, no está regulado en morfología, materiales y formas de empleo.

En este post te contamos todo sobre estas estructuras y las razones por las cuales deberías dejar de usarlas en tus proyectos.

Las condiciones para el uso de este tipo de andamios se rigen bajo el IV Convenio colectivo de la construcción, según la cual se establece que “los andamios tubulares, en todo caso, deberán estar certificados por el fabricante. Los andamios tubulares que no hayan obtenido una certificación del producto por una entidad reconocida de normalización sólo podrán utilizarse para aquellos supuestos en los que el Real Decreto 1215/1997, 18 de julio, modificado por el Real Decreto 2177/2004, de 12 de noviembre”.

De esto podemos entender que el uso de estas estructuras no está prohibido y el fabricante puede certificarlos, de aquí que aún existan proyectos que utilizan este tipo de estructuras. Sin embargo, al no estar normalizados no existe una garantía estandarizada ni pruebas certificadas que confirmen de seguridad para los trabajadores que hagan uso de estos andamios.

Guía de Buenas Prácticas

De acuerdo con la Guía de Buenas Prácticas NTP 695, creada por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, en la que se abordan los riesgos, causas, medidas de prevención y protección relacionadas con las torres de trabajo móviles, se establecen unas características mínimas con las que deben estas estructuras:

  • La longitud máxima aconsejable es de hasta 3 m, con un mínimo de 1 m y una anchura mínima de 0,60 m. La altura libre mínima entre pisos debe ser de 1,90 m. La carga mínima admisible debe ser de 150 kg/m2 e incorporar leyenda indicadora de carga máxima.
  • Consta de una estructura metálica de acero o aluminio sobre la que se apoya una chapa o un contraplacado que constituye la superficie de trabajo de la torre.
  • Debe estar protegida en los cuatro lados perimetrales por una barandilla de altura mínima 90 cm, aunque sería recomendable de 1 m ±50 mm, una barra intermedia a 0,45 m de altura como mínimo y un rodapié a una altura mínima de 0,15 m.

Sin embargo, es común ver en obras el uso de andamios amarillos sin las condiciones mencionadas anteriormente, lo que pone en riesgo la seguridad que quienes la utilizan.

Adicionalmente, la Guía establece que el acceso a las plataformas de trabajo se debe realizar por el interior mediante marcos estructurales preparados para ello, escaleras, escalas de peldaños o escalas en progresión vertical o inclinada, y como anotación aclara que los peldaños de acceso tienen que ser antideslizantes. Por su parte los andamios amarillos, en la mayor parte de los casos, tienen barras lisas y por tanto no antideslizantes.

Con respecto a la apariencia de los andamios de acero el documento aclara que deben estar pintados o galvanizados. En muchos casos, los andamios amarillos, carecen de galvanizado por la parte interior, lo que los deja expuestos a la oxidación y por lo tanto un riesgo estructural evidente.

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