En el post anterior hablábamos de los elementos que componen un andamio, en esta ocasión nos centraremos en uno de los elementos más importantes, las diagonales, gracias a la cual podemos evitar que la estructura se desplome o se desplace de forma accidental.
Las diagonales, como su nombre lo indica son barras que se instalan diagonalmente entre las barras verticales y horizontales, por lo que permiten establecer montajes muy resistentes, a continuación, nombramos algunas de las ventajas que ofrece el uso de estos soportes:
- Correcto arriostramiento del sistema formado por verticales y horizontales.
- Evitar desplazamientos involuntarios provocados por cargas dinámicas.
- Contribuir a un mejor reparto de cargas.
- Mitigar las vibraciones generadas en la superficie de trabajo.
Las diagonales se instalan en las partes exteriores, uniendo diferentes zonas del andamio para reforzar la estructura general. Lo que conseguimos es un correcto arriostramiento, es decir, que unas partes queden correctamente fijadas a las otras y que el andamio no se desplace o vibre.
A pesar de que el aluminio es un material muy ligero, existen andamios de gran altura que acaban por ser muy pesados. Las diagonales hacen que el peso se reparta por todas las piezas del andamio, algo que además es muy importante cuando cargamos grandes pesos dinámicos, como por ejemplo material de obra.
Cada estructura traerá las especificaciones del peso máximo que puede aguantar una diagonal, dependiendo de su longitud y grosor. Las cargas máximas admisibles se suelen referir a pesos que actúan como tracción o compresión.
Por tanto, resulta fundamental que al llevar a cabo el plan de montaje del andamio se sepa interpretar correctamente los valores indicados de cargas máximas admisibles, ya que esto deriva en un correcto uso y funcionamiento de las diagonales del andamio.
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